En
la zona de la Casa de Campo cercana al Parque de Atracciones, concretamente en
la banda de parque paralela a la línea 10 de metro, entre las estaciones de
Batán y el Lago, no sólo hay un carril bici, unas fuentes y zonas de
esparcimiento de niños y mayores, sino que también se encuentran restos de ingeniería
militar: construcciones militares usadas durante la Guerra Civil española
(1936-1939), por ambos bandos militares, zonas de trincheras, ametralladoras,
refugios de francotiradores, búnkeres, redes de suministros abastecimientos…
Imágenes propitas. Tomadas con teléfono móvil, abril, 2019
En noviembre de 1936, a 4 meses del
inicio de la Guerra Civil, el ejército franquista tomó gran parte de la Casa de
Campo. El general Varela, quien posiblemente hubiera sido el alcalde de Madrid,
topó con la resistencia del ejército republicano en dicho lugar, así como en la
Ciudad Universitaria. Y allí se estabilizó el frente, probablemente por la
defensa cerrada que hizo la República y quizá por decisión política de Franco de
vencer la resistencia política de la República en otros frentes antes de entrar
en Madrid. Las tropas de Franco tomaron el Cerro Garabitas de la Casa de Campo,
desde donde se realizaron bombardeos de artillería ocasionalmente sobre Madrid.
Morcillo explica que
la Gran Vía llegó a ser llamada Avenida del Quince y medio, un
calibre artillero utilizado para bombardearla, con cañones Schneider, Vickers y
Krupp.
Actualmente
estos restos históricos están descuidados y usados como vertederos incluso.
Actualmente
se hacen visitas guiadas, cada mes aproximadamente, con recorridos por sendas
donde se explica el uso que tuvo la Casa de Campo durante la Guerra Civil
española). Uno de sus más conocidos guías es Antonio Morcillo, profesor del colegio Nuestra Señora
de Lourdes y coautor, con el profesor Luis de Vicente, más sus alumnos, de un
libro sobre la Casa Campo. De ellos y de sus páginas se han extraído parte de
los datos que figuran en esta entrada del Blog.
Una
anécdota bélica, como otras narradas ya en la Primera Guerra Mundial, es que
unos cuatrocientos soldados y oficiales de los dos bandos de la Guerra Civil
hicieron una tregua local durante un día de primavera para intercambiar licor,
tabaco y periódicos, y quizá hasta para jugar un partido de fútbol, aunque de
eso no hay constancia. Un mando, capitán, recibió juicio sumarísimo por ello y
dos años de cárcel.
Véase
la noticia de Pedro Corral en
https://www.abc.es/espana/madrid/abci-partido-paro-guerra-civil-
No
se nos olvide mencionar que el Cerro Garabitas, zona de vistas magníficas de la
capital desde el oeste, tiene una leyenda romántica del siglo XIX, leyenda que
narra que es allí donde se juntan las almas de los madrileños fallecidos, antes
de tomar rumbo al cielo, para ver por última vez el perfil de Madrid. Vamos, un
“De Madrid, al cielo, y un agujerito para verlo”.